JOSE MARTI Reflections by Marggie Rassler
My mother told me a woman committed suicide for love of Jose Marti.
A few years back the leader of my poetry group asked us to bring any favorire poem and poet information to the group for discussion. I brought the poetry of Jose Marti. A fellow poet there said,
"Marggie, my father met Marti when he was here in Tampa. He gave Marti money toward the liberation of Cuba from Spain! I know who that great poet is."
If you go to Ibor City, part of Tampa, Florida, you will find a park dedicated to Jose Marti.
My mother told me a woman committed suicide for love of Jose Marti. I visited the house where he was born, in Cuba, when I was a little girl of eight. Never knew the genius that had lived there with heart full of Cuba. He died fighting for her liberation from Spanish rule. He lived to touch my life like not many others have. He wrote like I want to write.
1853- 1895
Jose Marti wrote verses for a song that does not die, Guantanamera! One of his most famous poems is still studied in universities, Los Zapaticos de Rosas. That one is a heart wrenching story of a well-to-do little, rich girl filled with compassion for a very sick girl she finds at the beach. She gives her own shoes to the little girl in need. She goes home with bare feet. A social statement, a moving drama, sculptured in poetry ... a lesson never to be forgotten. Ah, Marti, how you make me love you.
He wrote a poem to a woman who fell in love with him. It grips one to sorrow ...
stirs one to tears. La Nina de Guatemala. Here it is:
La Nina De Guatemala AN ENGLISH TRANSLATION:
The Girl of Guatemala
At a wing’s shade, I want to tell This story, like a flower:
The girl from Guatemala, The girl that died of love.
The flowers were lilies, And mignonette ornaments
And jasmine: we buried her In a silk casket.
The girl from Guatemala, The girl that died of love.
The flowers were lilies, And mignonette ornaments
And jasmine: we buried her In a silk casket.
She gave to the forgetful A perfumed sachet:
He came back, came back married: She died of love.
He came back, came back married: She died of love.
She was carried in a procession By bishops and ambassadors:
Behind were the town’s people in groups
They were all carrying flowers.
Behind were the town’s people in groups
They were all carrying flowers.
She, wanted to see him again,
She stepped out to the balcony:
He came back with his wife: She died of love.
She stepped out to the balcony:
He came back with his wife: She died of love.
She went into the river at dusk,
She was dead when the doctor pulled her out:
Some say she died of coldness: But I know she died of love.
She was dead when the doctor pulled her out:
Some say she died of coldness: But I know she died of love.
Quiero, a la sombra de un ala,
contar este cuento en flor:
la niña de Guatemala,
la que se murió de amor.
Eran de lirios los ramos;
y las orlas de reseda
y de jazmín; la enterramos
en una caja de seda...
Ella dio al desmemoriado
una almohadilla de olor;
él volvió, volvió casado;
ella se murió de amor.
Iban cargándola en andas
obispos y embajadores;
detrás iba el pueblo en tandas,
todo cargado de flores...
Ella, por volverlo a ver,
salió a verlo al mirador;
él volvió con su mujer,
ella se murió de amor.
Como de bronce candente,
al beso de despedida,
era su frente -¡ la frente
que más he amado en mi vida!...
Se entró de tarde en el río,
la sacó muerta el doctor;
dicen que murió de frío,
yo sé que murió de amor.
Allí, en la bóveda helada,
la pusieron en dos bancos:
besé su mano afilada,
besé sus zapatos blancos.
Callado, al oscurecer,
me llamó el enterrador;
nunca más he vuelto a ver
a la que murió de amor.
contar este cuento en flor:
la niña de Guatemala,
la que se murió de amor.
Eran de lirios los ramos;
y las orlas de reseda
y de jazmín; la enterramos
en una caja de seda...
Ella dio al desmemoriado
una almohadilla de olor;
él volvió, volvió casado;
ella se murió de amor.
Iban cargándola en andas
obispos y embajadores;
detrás iba el pueblo en tandas,
todo cargado de flores...
Ella, por volverlo a ver,
salió a verlo al mirador;
él volvió con su mujer,
ella se murió de amor.
Como de bronce candente,
al beso de despedida,
era su frente -¡ la frente
que más he amado en mi vida!...
Se entró de tarde en el río,
la sacó muerta el doctor;
dicen que murió de frío,
yo sé que murió de amor.
Allí, en la bóveda helada,
la pusieron en dos bancos:
besé su mano afilada,
besé sus zapatos blancos.
Callado, al oscurecer,
me llamó el enterrador;
nunca más he vuelto a ver
a la que murió de amor.
LOS ZAPATICOS DE ROSA
Hay sol bueno y mar de
espumas,
Y arena fina, y Pilar Quiere salir a estrenar Su sombrerito de pluma.
"¡Vaya la niña divina!"
Dice el padre, y le da un beso, "Vaya mi pájaro preso A buscarme arena fina!".
"Yo voy con mi niña
hermosa",
Le dijo la madre buena: "¡No te manches en la arena Los zapaticos de rosa!"
Fueron las dos al jardín
Por la calle del laurel: La madre cogió un clavel Y Pilar cogió un jazmín.
Ella va de todo juego,
Con aro, y balde y paleta: El balde es color violeta, El aro es color de fuego.
Vienen a verlas pasar,
Nadie quiere verlas ir, La madre se echa a reír, Y un viejo se echa a llorar.
El aire fresco despeina
A Pilar, que viene y va Muy oronda:"¡Dí, mamá! ¿Tú sabes qué cosa es reina?"
Y por si vuelven de noche
De la orilla de la mar, Para la madre y Pilar Manda luego el padre el coche.
Está la playa muy linda:
Todo el mundo está en la playa; Lleva espejuelos el aya De la francesa Florinda.
Está Alberto, el militar
Que salió en la procesión Con tricornio y con bastón, Echando un bote a la mar.
¡Y qué mala, Magdalena
Con tantas cintas y lazos, A la muñeca sin brazos, Enterrándola en la arena!
Conversan allá en las
sillas,
Sentadas con los señores, Las señoras, como flores, Debajo de las sombrillas.
Pero está con estos modos
Tan serios, muy triste el mar: ¡Lo alegre es allá, al doblar, En la barranca de todos!
Dicen que suenan las olas
Mejor allá en la barranca, Y que la arena es muy blanca Donde están las niñas solas.
Pilar corre a su mamá:
"¡Mamá, yo voy a ser buena; Déjame ir sola a la arena; Allá, tú me ves, allá!"
"¡Esta niña caprichosa!
No hay tarde que no me enojes: Anda, pero no te mojes Los zapaticos de rosa."
Le llega a los pies la
espuma,
Gritan alegres las dos; Y se va, diciendo adiós, La del sombrero de pluma.
Se va allá, donde ¡muy
lejos!
Las aguas son más salobres, Donde se sientan los pobres, Donde se sientan los viejos!
Se fue la niña a jugar,
La espuma blanca bajó, Y pasó el tiempo, y pasó Un águila por el mar.
Y cuando el sol se ponía
Detrás de un monte dorado, Un sombrerito callado Por las arenas venía.
Trabaja mucho, trabaja,
Para andar: ¿qué es lo que tiene Pilar que anda así, que viene Con la cabecita baja?
Bien sabe la madre hermosa
Por qué le cuesta el andar: --¿Y los zapatos, Pilar, Los zapaticos de rosa?"
"¡Ah, loca! ¿en dónde
estarán?
¡Dí dónde Pilar!" –"Señora", Dice una mujer que llora: "¡Están conmigo, aquí están!"
"Yo tengo una niña enferma
Que llora en el cuarto obscuro, Y la traigo al aire puro, A ver el sol, y a que duerma.
"Anoche soñó, soñó
Con el cielo, y oyó un canto, Me dio miedo, me dio espanto, Y la traje y se durmió.
"Con sus dos brazos
menudos
Estaba como abrazando; Y yo mirando, mirando Sus piececitos desnudos.
"Me llego al cuerpo la
espuma.
Alcé los ojos, y ví Está niña frente a mí Con su sombrero de pluma.
"¡Se parece a los retratos
Tu niña"--dijo:--"¿Es de cera? ¿Quiere jugar? ¡si quisiera!… ¿Y por qué está sin zapatos?
"Mira, ¡la mano le abrasa,
Y tiene los pies tan fríos! ¡Oh, toma, toma los míos, Yo tengo más en mi casa!"
¡No sé bien, señora
hermosa,
Lo que sucedió después: ¡Le ví a mi hijita en los pies Los zapaticos de rosa!"
Se vio sacar los pañuelos
A una rusa y a una inglesa; El aya de la francesa Se quitó los espejuelos.
Abrió la madre los brazos,
Se echó Pilar en su pecho, Y sacó el traje deshecho, Sin adornos y sin lazos.
Todo lo quiere saber
De la enferma la señora: ¡No quiere saber que llora De pobreza una mujer!
"¡Sí, Pilar, dáselo! ¡y
eso
También! ¡tu manta! ¡tu anillo!" Y ella le dio su bolsillo, Le dio el clavel, le dio un beso.
Vuelven calladas de noche
A su casa del jardín; Y Pilar va en el cojín De la derecha del coche.
Y dice una mariposa
Que vio desde su rosal Guardados en un cristal Los zapaticos de rosa. |
No comments:
Post a Comment